lunes, 12 de enero de 2015

DOLOR: TIPOS Y TRATAMIENTOS

El principal reto de la medicina del dolor es el siglo XXI es la desaparición de esta enfermedad, pero el camino hasta alcanzarlo es bastante difícil. Por eso, el primer paso es conseguir el alivio.

El carácter multidisciplinar de las Unidades del Dolor (UD) hacen posible el diagnóstico diferencial en todo tipo de dolores y el tratamiento superespecializado de pacientes de manejo farmacológico complejo.

 
 
 
 
 
 
 
 
Podemos diferenciar varios tipos de dolor para poder entenderlo mejor:
 

DOLOR NEUROPÁTICO

Es un trastorno neurológico por el que las personas que lo padecen experimentan dolor crónico intenso debido a un nervio dañado.

Es un dolor difícil de tratar y produce gran insatisfacción tanto en pacientes como en profesionales sanitarios. Tiene unas connotaciones especiales en lo relativo a la heterogeneidad de las causas que lo producen, sus consecuencias y la diferente respuesta terapéutica de quienes la padecen.

En algunos casos están indicadas diferentes técnicas analgésicas novedosas, como son ciertos bloqueos nerviosos, la radiofrecuencia o la estimulación nerviosa, tanto periférica como medular.
 
 
DOLOR LUMBAR
Trastorno que afecta al área comprendida entre la última costilla y los glúteos que puede llega a cronificarse si, tras dos o tres meses de tratamiento, no se produce mejora sustancial.

Su incidencia está directamente relacionada con algunos factores etiológicos como el trabajo físico intenso, movimientos frecuentes y bruscos de la columna lumbar o ciertos factores psicológicos.

Habitualmente afecta más a mujeres que a hombres y a las personas con sobrepeso y de edad avanzada. Es importante la prevención en este tipo de dolor, llevando una dieta saludable, haciendo ejercicio físico, evitando posturas inadecuadas o ejercitando la musculatura de la zona.

DOLOR MIOFASCIAL

Trastorno localizado en un músculo o en un grupo muscular y sus causas más frecuentes con traumatismos, sobrecargas posturales, falta de ejercicio físico o alteraciones crónicas de la columna.

La prevención es una parte muy importante del abordaje de esta patología. Además del tratamiento farmacológico, las técnicas de rehabilitación y la fisioterapia, son clave para la recuperación, al igual que corregir malas posturas, dormir más horas y hacer ejercicio físico.

Aún así, hay casos en los que son necesarias ciertas técnicas intervencionistas. Por eso, las nuevas líneas de investigación están dirigidas, principalmente, a procedimientos mínimamente invasivos como son la punción seca, la inyección en los nódulos dolorosos o el uso de anestésicos locales y toxina botulínica.
 

DOLOR AGUDO

Es la respuesta a una señal nociva proveniente de un tejido recientemente dañado, que se complica por la sensibilización en la periferia  en el sistema nervioso central. Es por sí mismo un indicador de daño tisular y actúa como protección para minimizar riesgos y promover la cicatrización de los tejidos.
 

DOLOR ONCOLÓGICO

El 50% de los pacientes con cáncer sufre dolor en el momento del diagnóstico, siendo éste el síntoma inicial más frecuente y el más temido. Este porcentaje crece hasta el 74% en aquellas personas en las que la enfermedad está en fase avanzada.

El control del dolor constituye una parte muy importante del cuidado global del paciente oncológico y existen multitud de evidencias de que el inadecuado tratamiento del dolor disminuye la calidad de vida del paciente y también su esperanza de vida.
 

DOLOR CRÓNICO

Muchas personas con dolor crónico quedan incapacitadas para trabajar, añadiendo así la pérdida del nivel económico al problema.

Existen un gran número de enfermedades que a menudo están asociadas con el dolor como la diabetes, problemas en los vasos sanguíneos, herpes y la mayoría de tipos de cáncer.

Según la Sociedad Española del Dolor (SED) existe una amplia variedad de tratamientos disponibles para paliar el dolor, aunque no todos funcionan por igual con cada persona debido a que el dolor es una experiencia individual. Los tratamientos existentes son:
  1. Medicación: se receta según el dolor a tratar. Además de los analgésicos comúnmente conocidos para tratar el dolor existen otro tipo de dolores como son las lesiones nerviosas que se tratan con medicación diferente. Los antidepresivos suelen ser utilizados para el alivio del dolor, lo cual no significa que el médico  piense que su dolor es psicológico.
  2. Inyecciones: alguna medicación es más efectiva si se administra de forma inyectable cerca del lugar que genera el dolor o de los nervios que conducen esa sensación nerviosa. A veces es necesario colocar un catéter cerca de esa zona para la posterior administración de la medicación
  3. Estimulación eléctrica: la sensación de dolor en ciertas áreas pueden reducirse con el uso de estimulación eléctrica. Algunos aparatos funcionan muy bien si se aplican sobre la piel, aunque otros más sofisticados hacen efecto cuando se aplican más cerca del sistema nervioso (nervios, médula espinal, cerebro).
  4. Otros métodos: existen varios casos de dolor donde la mejor fórmula para aplacar el dolor es un bloqueo nervioso. Existen técnicas muy sofisticadas para alcanzar el nervio causante del dolor, que consisten en agujas guiadas por rayos X o TAC, que realizan una interrupción parcial, temporal o permanente del nervio que transporta el dolro.
  5. Rehabilitación: los ejercicios y movimientos controlados de las extremidades con dolor suelen ayudan a restaurar la elasticidad de las articulaciones y músuclos
  6. Programas de tratamiento del dolor: un ejemplo de ello es la escuela de espalda, programa que dura de 2 a 4 semanas, durante las cuales se enseña al paciente a convivir con su dolor y restaurar la calidad de vida, incluso si el dolor no desaparece por completo.
  7. Apoyo psicológico: suele añadirse al tratamiento farmacológico.
  8. Terapias complementarias: quiroprácticos y osteópatas y métodos tradicionales chinos como la acupuntura son otros tratamientos dirigidos al alivio del dolor crónico.

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